EL PÁRAMO
Creía que la temeridad era lo único que me ayudaría a escapar. Así que tracé el plan de huída perfecto hacia el Páramo, un lugar remoto donde, según la sabiduría popular, los libros prohibidos y la luz dorada te bañaba en felicidad. Esta era mi oportunidad, no sólo de alejarme de una vida asfixiante, empujada a toda velocidad por las masas, sino de lograr alcanzar la felicidad pura. El camino era tan abrupto como lo habían descrito los que trataron de disuadirme, pero la euforia me hacía invencible. Crucé el frío bosque del desapego y el infranqueable río de la … Seguir leyendo…